Detox, jugos verdes, veganos, vegetarianos, dietas de puntos, zumba, Pilates, crossfit.. esta son algunas de las cosas que veo cuando empiezo a revisar las redes sociales (mezclado con la crisis en Venezuela). Es tan intensa la propaganda sobre vivir sano que yo, opositora de profesión, le estoy agarrando repulsión a cualquier corriente que me indique como me voy a ver “más linda” (aunque como marketing suene mejor: verse y sentirse bien!).
A ver, puedo estar sana si peso 65 kg, incluso 70kg, puedo estar sana sin matarme de hambre, puedo estar sana sin las inyecciones de plasma, (vale el ejercicio quizá si es necesario, por eso bailo mientras cocino, eso cuenta, cierto?). Todos estos novedosos artilugios para “verse bien” yo no los conocía hace 15 años y también estaba sana. Soy, seguramente como la mayoría de ustedes, una víctima del marketing, me cuesta no sentir que también quiero mi six-pack, pero si yo (que modestia aparte me veo muy bien) empiezo a preocuparme demasiado por el peso, mmm algo esta pasando.
Viajando un poco hacia el pasado, me pregunto por qué hace 50 años unas formas redondas y rellenas, eran consideradas símbolo de salud y belleza y ahora es considerado símbolo de abandono, vejez, mala alimentación y señal inequívoca de que NO eres “ni bendecida ni afortunada”?, será quizá que se trata de una moda , de un momento especifico de la historia del que saldremos airosas todas aquellas que podamos encontrar en balance entre la propaganda verde y la cantidad justa de cordura.
A mí, que siempre me pasan cosas raras, en una época en la que estaba a punto de empezar a hacer ejercicio, comer sano y de verdad bajar los kg que creo me sobran (blablablá), el universo me salvó de la tortura, mandándome un mensaje rotundo de la forma más inesperada. Ocurrió algo en mi hogar que está cambiando mi visión de TODO y haciéndome entender que mis creencias sobre la belleza pueden estar un poco erradas. Se materializó un hecho; mi esposo, aquel de los regalos maravillosos, engordó como un oso panda ¡! (Dios haz por favor que nunca aprenda español), pero SI, se puso redondo, nivel Pedro Picapiedra, pero la revelación es QUE ME GUSTA, se ve guapísimo, como un buen vino, tiene color, textura y peso .. empecé a analizar entonces por qué nos obsesionamos con el peso, concentrándome en frases que nunca he recibido: a mí jamás me han dicho cuando me quito la ropa: “ay no, tienes dos kilos extras”, “no me toques hasta que no rebajes” “con esa ropa interior te ves más gorda” etc etc.. será quizá que la única que juzga y se obsesiona con mi peso soy YO MISMA!, además si a mí el cabeza queso (otro cariñoso apodo) me gusta gordito, existe la posibilidad de que él tampoco me quiera en los huesos.
La actitud, hace que tus kilos sean la parte más sexy de tu cuerpo, no es cuento chino, ni una frase tipo autoayuda, créanme es verdad, no sé cómo la gente detecta que tan cómoda te sientes en tu propia piel, pero lo hacen!, tu seguridad se proyecta de alguna manera. Yo acepto que no me agrada demasiado el crecimiento de mi barriga (que no es por embarazo), y debería hacer algo en consecuencia, pero si en el proceso de perder peso tengo que hacer ejercicio, dejar el vino, carne, aguacate, cerdo, arepas, cachapas y otras delicateses, además de poner en riesgo el perder también la grasa que tan sexymente se ha acumulado en otras partes de mi cuerpo, (y que quiero conservar) pues me digo : BARRIGUITA TU Y YO DEBEMOS TRABAJAR EN LA ARMONIA DE NUETSRA RELACION!
Si a ti te le molesta alguna parte de tu cuerpo , tendrás que hacer algo para cambiarla (hasta que te sientas satisfecha) pero sí por el contrario, estas contenta pero quieres cambiar solo por presión social, recuerda que no estas gorda, NACISTE EN LA EPOCA EQUIVOCADA