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Encasillar la gente en un tipo de personalidad especifico me parece complicado. No entiendo a las personas que un segundo después de conocer a alguien, pueden decir: es bueno, malo, divertido o falso; y ese pensamiento obedece a una razón básica, creo que por lo menos el 90% de los seremos humanos tenemos personalidades múltiples, todo depende del momento.
Existen por su puesto, esencias en cada uno de nosotros que no cambia, sin embargo, el comportamiento de un ser humano, indiscutiblemente varía dependiendo en la situación en la que se encuentre, o siendo más específica, (porque no tengo datos comprobados del esto de la humanidad), mi comportamiento varía dependiendo de mi estado de ánimo, pudiendo ser además muchas personas en una.
Siento repulsión natural a ser etiquetada con una sola característica específica, léase: mama, abogado, esposa, ama de casa, latina (esta es la que llevo mejor, la verdad sea dicha), cuando en realidad la mayoría de las personas, en especial las de mi genero podemos ser (clímax del optimismo) lo que nos de la real gana.
Me ocurre seguido (y lo disfruto, no voy a negarlo) recibir cara de sorpresa por ejemplo con mi vestuario en la oficina, donde paso de ejecutiva diabólica a secretaria mojigata con día de diferencia. Algo similar ocurre cuando hay reuniones de mamas (especialmente las nuevas) y después de 10 minuto se me ocurre decir: ¡ya basta de hablar de los hijos que me tienen harta!, algunas madres me miran como si me acabara de crecer otra cabeza, pero le digo: mujeres si salimos a tomarnos unos vinos, disfrutemos de los vinos no del encierro mental. (eso no excluye hablar un rato de nuestro hijo, solo no limitar toda la velada a ellos).
Después de los 35 suele venir esa maravillosa etapa de la vida, donde las opiniones de los demás te importan poco; pero hoy este escrito está dedicado a aquellas mujeres que todavía no se atreven a salir de su zona de confort porque les da miedo dejar de ser, lo que alguien decidió que debían ser. Les aseguro que es maravilloso, ser malvada y dulce, ser borracha y responsable, sorprender a la gente porque eres linda, pero, además, ¡inteligente! usar ropa interior sexy o grande, solo por puro placer de verte al espejo, usar ropa que no está de moda porque te sientes espectacular, cambiar de zapatos, mezclar comidas que la gente decía: eso no combina, simplemente hacer lo que te satisfaga, solo porque te apetece.
Escucho demasiado seguido cosas como: yo nunca me atrevería a decir eso, a ponerme eso, a salir a ese sitio... pero se han preguntado alguna vez: y si lo hago, ¿que es lo peor que me puede pasar?; hoy las invito a atreverse, a hacer algo que nunca han hecho y siempre han querido, desde un cambio de maquillaje, hasta una posición sexual nueva que les ha dado vergüenza mencionar, verán que divertido es tener personalidades múltiples.
¡Y por supuesto, me cuentan!