No los juzgues: para los padres de niños bilingües
Es una fortuna y una bendición ser mamá, es un reto maravilloso ser madres de niños que pueden expresarse en dos o más idiomas, porque no solo pueden comunicarse lingüísticamente, sino que nacen con la apertura mental de entender dos o más culturas, que se escribe fácil, pero tiene implicaciones más profundas que un cambio en el orden de las letras.
Sin embargo, no es todo color rosa cuando eres la madre de niños que forman parte de diversas realidades, y personalmente uno de los de retos más difíciles que me ha tocado enfrentar, es evitar las etiquetas en mis niños y que sean prejuzgados por su naturaleza bi-cultural.
Cuando mi hijo mayor estaba por empezar la escuela, recibí muchos consejos que apuntaban a la misma dirección: ten cuidado, haz que la gente sepa que tiene mama (gracias por eso), muéstrense, expliquen y sean parte del sistema. No entendía la profundidad de los consejos hasta mi asistencia a la primera reunión con la maestra, donde se manifestaron varios comentarios inocentes donde la cuaima que llevo dentro dibujo una enorme alerta: “no te preocupes si aprende más lento porque es normal para niños bilingües”, seguido de un: “quizá luego necesite clases extras de holandés “ (ojo no había empezado la escuela todavía). Quienes han visitado mi hogar saben que dentro de las deficiencias de mis hijos, no están las lingüísticas, a mis niños hay que mandarlos a callar continuamente, en los dos idiomas. Eso no es sin embargo lo importante, (esta es la parte de mama orgullosa), lo relevante es la facilidad con que caemos dentro de los estereotipos con los que debemos luchar como madres día a día. Conozco (y no juzgo) a madres que han decidido incluso dejar de hablarles a sus hijos en español para lograr una mayor aceptación escolar.
Pero estemos claros en algo, un niño puede ser lento en alguna materia específicas, bilingüe o no; puede tener dificultades de adaptación o aprendizaje, bilingüe o no, puede ser insoportable, bilingüe o no. No es, en mi opinión, la naturaleza multicultural del niño la que determina su rendimiento o comportamiento en la escuela, son un sinnúmero de factores los que co-ayudan a formar la personalidad del menor.
Es por eso que hoy, lucho en contra de los estereotipos; cuántas veces al conocer alguien no se me queda mirando con cara de: ¿viniste a buscar marido rico? (todavia lo sigo buscando :) ) O que me pre juzguen en el trabajo de superficial por mi ropa y mis zapatos?; pues eso les pasa a nuestros niños y aunque tengan una edad temprana, trato de enseñarles exactamente el mismo comportamiento que aplico yo: demuestra lo contrario con tu comportamiento, no discutiendo sobre eso.
Así pues, dos minutos después de empezar una conversación con alguien, quedara comprobado que no busco marido rico ni el tengo la cabeza vacía. Así como demostrado ha quedado que nuestros niños bilingües no son más lentos, más tontos o más indisciplinados por tener padres de diferentes latitudes de la tierra. Si tienen algún problema en la escuela puede ser por millones de razones, incluyendo que nuestra labor como padres (sean de donde sea) está teniendo algunos puntos débiles o porque el niño nació chucky.
Hoy le digo a mis amigas madres de niños bilingües, no tengan miedo de vivir y enseñar su idioma y su cultura, entreguemos ese regalo maravilloso e invaluable a nuestros hijos, porque como dijo el gran Carlomagno "Saber otro idioma es como poseer una segunda alma."
Feliz Fin de Semana.